Mal, para empezar, la información dice que dispone de un servicio de traslado desde el aeropuerto (no es cierto, te cicen que llames a un Uber). Al llegar resulta que solo admiten pagos en efectivo: te toca buscar un cajero para sacar el dinero.
El apartamento no era ninguno de los que salen en las fotos (nos tocaría el que está sin reformar) y la limpieza dejaba mucho que desear: mesa pegajosa y algún bicho. Dicen que es que tienen poco personal, pero no debería ser problema del cliente.
Del personal no puedo decir nada, porque no los ves. Salvo la encargada de la limpieza, que bastante tiene con lo que tiene.
Por decir algo positivo, la ubicación es muy buena, con una parada de metro dando la vuelta la esquina y una de tranvía casi al lado que te dejan en el centro. Incluso puedes ir paseando y estás en la ciudad vieja en 20 inutos. Lo elegimos por eso, pero por el dinero que te cuesta seguro que puedes encontrar algo mejor.