Reservamos una habitación doble, que es pequeñisima (1,80m de ancho). Las camas son cómodas, pero las sábanas estaban amarillentas y con manchas, las almohada son malísimas. Los colchones no miden ni 80 cms. El televisor no funciona. El baño es compartido, pero amplio y está muy bien. No dispone de cocina, solo de microondas y frigorífico. Al llegar hay que dejar un depósito de 10€ y además pagar las tasas municipales de 4,56€/persona y noche, que según la web de reserva, eran 3€/persona y noche. Los chicos de la recepción son amables. Esta bien ubicado, a 5 minutos andando de la estación de tren. Alrededor del edificio tienes supermercados y bares. El hostel está en un primer piso y las escaleras son la muerte, no lo recomendaría para personas con dificultades ni si llevas mucho equipaje. Muy ruidoso, se escuchan el resto de huéspedes por la noche hablando y con música en la zona común hasta la madrugada. Una noche, a las 4 de la mañana, ya harta, salir para pedir que hablaran en voz baja, pero no sirvió de nada.